Te sigo en mi mente
te ve mi alma
te extraña mi cuerpo.
Duele, duele esta soledad
que disfrazo con trabajo,
que finjo con sonrisas de carton.
Por debajo de ella me dejaste
y tu lealtad a su cama entregaste.
Y yo... yo mueriendo día a día un poquito,
sin poder olvidar,
azotandome por aquellos momentos claves
que fuiste mio y no los vi,
con lagrimas que se rehusan a salir
porque bastante tuve con perderte a ti.
añorando, soñando pesadillas, viviendo en oscuridad,
enfadada contigo y con el mundo
por los días que hoy me tocan vivir.
No me mereces, cierto es,
no eres para mi,
no eres digno de besar el suelo que piso,
sin embargo
quiero entregarte todo de mi,
deseo ser solo tuya,
perderme en tu piel anhelo.
Y que me queda sino declararme perdedora,
aceptar que no estas,
resignarme a que no estarás
a que con ella te quedarás,
que probablemente es con ella tu felicidad.
