lunes, 20 de octubre de 2014

Un año

Hace un año sentada en mi lugar
vi el tuyo vacío y por primera vez me doliste,
descubrí entonces que entre risas,
 peleas y trabajo me había enamorado de ti.

Ojala nunca lo hubiera descubierto.

Desde ese momento no has dejado de quemarme,
de consumir mi esperanza, de aniquilar mi fe.

Cómo puedo amarte aun?
Por qué tu recuerdo me acecha y tu risa se burla de mi?


Es mi corazón un devastado campo de batalla,
un cementerio donde yacen mis sueños contigo,
una catedral abandonada 
donde el eco de una suplica no escuchada 
sigue repitiéndose en las sombras.

Mi cuerpo es un prado abandonado, seco, frío, cercado.

Jamás imaginaras el dolor que me causas y el daño que por  ti he hecho.
Nunca sabrás la huella que dejaste en mi, 
no conocerás a nadie que te ame sobre tus defectos, 
como te amo yo. Nadie que se quiera perder en tus ojos, en tu voz, en tu boca como yo. 
Jamás nadie sacrificará lo que yo sacrifique por ti y no te dije.
Nadie orara tanto por tu felicidad sin mi, como lo hago yo.
Nadie te llamara tantas veces en silencio para no perturbarte.
Nunca nadie se dormirá con lagrimas de melancolía por ti, como estos ojos míos. 
Nunca, Nadie.